¿Cuántas veces no pudiste lograr un sueño o un deseo porque no tenías las condiciones, el dinero, el lugar o el equipo que se necesite para lograrlo? Muchas veces nos pasa, vemos tan lejano lo que queremos e incluso pensamos que es de locos ser millonario, ser famoso, ser exitoso.
Hemos escuchado siempre que las personas que lo lograron tuvieron suerte, que ya nacieron en cuna de plata, el momento era preciso, antes era más fácil, no había tanta competencia, es que a él le ayudaron sus papás, es que yo no soy tan alto, no es bueno seguro le hizo el favorcito a alguien.
Si todo se resuelve rápido…
¿Te imaginas despertar un día y que todo lo que te obstruye esté resuelto? Que tengas los papás que tiene el otro, que tengas dinero, un novio o novia de tus sueños, estés inscrito en la universidad más prestigiosa del país, tengas el físico Aquaman o Scarlett Johansson, ¿Así sí? ¿Así comienzas y no tienes excusas?
Como seres humanos, seres que sentimos y pensamos, tenemos un comportamiento curioso: siempre queremos más pero no queremos hacer más, nos encanta lo nuevo… pero no tan nuevo, porque nos asusta lo desconocido. Preferimos estar dónde estamos, quejándonos de la situación, del gobierno, de la crisis, del profesor maldito que me aplazó, etc.
¿Quién tiene la culpa de mi condición?
Echa la culpa a quien quieras, pero eres el único responsable de que no alcances lo que quieres. Lo que deseas es tu mentalidad conformista, esa mentalidad que nos hace envidiar al prójimo apuntando sus resultados a la suerte que tiene, a la estrellita con la que nació, al santo que le reza.
Envidiamos el físico de una modelo pero no entiendes todo el trabajo y sacrificio diario que tiene que pasar para conseguir ese cuerpo.
Esa mentalidad conformista es como una rata miedosa que lo único que hace es dedicarse a ver la vida de los demás, esperando a ver que falle en algo para gozarse de la desgracia ajena; conformándose en la vida que lleva actualmente pensando que el resto tuvo suerte y ella no, que si las circunstancias fueran diferentes ya hubiera hecho todo y mejor que el otro.
¡Pffff… ridículo!
¿Entonces qué debo hacer?
¿Quieres conseguir la vida que deseas? ¡Pues comienza a hacerlo! Busca soluciones, no problemas. Encuentra caminos, no obstáculos. Anímate a hacerlo ahora, no mañana. Dejá la televisión que te pudre la mente y buscá aquello que te acerque a la meta.
El sólo hecho de estar acá, viendo y escuchando éste video – post, ya te hace una mejor persona que ayer. Día a día tus cambios se notarán pero sólo si TÚ LO HACES, no el medio, no el país nadie más que ¡tú!
Verás que la diferencia entre las personas que tienen éxito y las que no es porque hicieron algo que los otros no estaban dispuestos a hacer y perseveraron.
Moraleja – Hazte cargo de TI
‘’En el juego de naipes que llamamos vida cada cual juega lo mejor que sabe, las cartas que le han tocado. Quienes insisten en querer jugar NO las cartas que les han tocado, sino las que CREEN que debería haberles tocado son los que PIERDEN el juego.
No se nos pregunta si queremos jugar, no es opción. Tenemos que jugar. La única opción que varía es CÓMO’’.